Jazz
Buenas ,
primero imagínense un mundo sin música?como es el dominicano con su bachata y
su merengue tipico, (fefita la grande), con orgullo denominamos nuestra isla como el pueblo del merengue,pues por no dejar afuera el
dembow y rap que es lo que más escuchamos en las radios locales, quiero dar salvedad
de un género musical, no típicamente propio de este pais, pero que pude conocer a traves de window 7, una de esas tres melodías de prueba que trae la carpeta de music,
entre ellas una muy peculiar SLEEP AWAY del Jazzista y pianista estadounidense Bob Acri .es un género
de lo más peculiar, sobre todo grandioso que sorprende desde el siglo 19 hasta la
fecha
JAZZ: UNA GUÍA ESENCIAL
El jazz es una forma de arte musical
que se originó en los Estados Unidos mediante la confrontación de los negros
con la música europea. La instrumentación, melodía y armonía del jazz se
derivan principalmente de la tradición musical de Occidente. El ritmo, el
fraseo y la producción de sonido, y los elementos de armonía de blues se
derivan de la música africana y del concepto musical de los afroamericanos.
Lo que sigue a continuación es
una selección de CDs de jazz con grabaciones realizadas entre 1917 y 2000,
periodo que hemos dividido en cuatro partes de aproximadamente 20 años. Los
discos están agrupados en 25 “esenciales” y 40 “complementarios”, siguiendo un
criterio resultante de la combinación de factores que abarcan desde los motivos
estrictamente musicales hasta la disponibilidad real en el mercado español,
pasando por la calidad de sonido de las reediciones y el equilibrio entre la
diversidad y la representatividad en cada periodo.
El desarrollo del jazz está
estrechamente ligado al de la industria discográfica.
La improvisación, como
composición espontánea, convierte al jazz en la más efímera de las músicas, y
su rápida evolución y difusión en menos de un siglo no habrían sido posibles
sin la tecnología de grabación de sonidos: gracias a ella, el músico aprendiz
puede escuchar un mismo pasaje cuantas veces sea necesario, independientemente
de la distancia espacial o temporal que le separe del intérprete emulado, con
una riqueza de matices de timbre y ritmo imposible de reflejar en papel
pautado.
En cuanto al formato en sí, hemos
limitado esta selección a las ediciones en CD por ser el soporte más extendido,
a pesar de que aún sobrevive el LP y los nuevos formatos de compresión de
sonido cobran más fuerza cada día que pasa. Respecto a la disponibilidad de las
ediciones, aunque hemos incluido únicamente discos en catálogo, hay que señalar
que el CD es un formato que se presta especialmente al mercado de segunda mano,
que merece la pena investigar.
Dado el carácter retrospectivo de
esta selección, es necesario un breve apunte sobre las reediciones. En todos
los casos hemos procurado escoger las publicadas por los propietarios de las
grabaciones originales o por sellos de reputación contrastada. El motivo es simple:
las reediciones “oficiales” casi siempre ofrecen la mejor calidad de sonido,
una consideración nada desdeñable, particularmente cuando hablamos de la música
de entreguerras.
La decisión del número de discos
que contiene esta selección, 25 más 40, se tomó pensando en quienes quieren
empezar a introducirse en esta música. Aunque hemos tratado de cuajar una
colección representativa, el jazz –o “los jazz”, como clama la mancheta de la
revista francesa “Jazzman”– es demasiado diverso y rico para lograrlo con 65
discos (como referencia, en su “Jazz On Record” el reputado Brian Priestley
afirma que una colección de 300 volúmenes apenas sería representativa).
Ha de
tenerse en cuenta, además, lo que Dan Morgenstern apunta en su “Living With
Jazz”: comparado con todo el jazz que se ha tocado, la parte que se ha recogido
en grabaciones vendría a ser una gota en el océano. Añádase que de esa gota de
jazz grabado, en su mayoría publicado en discos de 78 o 33 RPM, sólo se ha
reeditado en CD una mínima parte, y que de esta mínima parte publicada en
formato CD, nosotros hemos desestimado el material descatalogado. La conclusión
es que en ningún caso debería entenderse esta lista como una historia del jazz
grabado, ni mucho menos como una historia del jazz. Viendo el vaso medio lleno,
todos los discos aquí incluidos han superado la prueba definitiva para toda
obra de arte, el paso del tiempo, y son un ejemplo de lo que puede dar de sí
esta música.
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